Professional Services Act
viernes, 14 de junio de 2013
Pido perdón.
Pido perdón por ser asambleísta del Consejo Superior.
Pido perdón por no haber vociferado lo suficiente, o incluso zarandeado al Presidente.
Asistí el viernes pasado a la Asamblea ¿deliberativa? ¿Solicitada? ¿Ordinaria? ¿Extraordinaria?…
¿A la Asamblea del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España? ¡Qué importa!
A la única Asamblea que tenemos todos los Arquitectos.
Asistí y no sé si siento más vergüenza propia o ajena, si más rabia o tristeza, si más dolor o rebeldía. ¿Para qué sirvió todo?
¿Para culpar al Presidente, de la angustia en la que nos encontramos los Arquitectos?, inculpación, que no se supo argumentar.
Casi la mitad de las intervenciones fueron para responsabilizar al Presidente de la incertidumbre, que respecto a la Ley de Colegios y Servicios Profesionales, sufrimos los Arquitectos. Esa Ley, que por lo que se sabe, hundirá a los Arquitectos de España, para siempre, y nos arrebatará lo poco que nos queda, el último sentimiento, la dignidad, profesional y humana.
Y a todo ello, el máximo representante de nuestra profesión, no supo dar respuesta, ni detallar dónde estamos, ni garantizar nuestra protección.
Hace cuarenta años que soy Arquitecto. En este tiempo han pasado varias “crisis”, pero nunca ha estado la profesión tan mal defendida.
En frente, la otra mitad de asambleístas, entonaban el canto místico de “estemos unidos” …
¡Qué bonito! Estemos unidos, estemos contentos, querámonos mucho… ¿Hay algo más hermoso que eso?.
Los Arquitectos de España que sufren la más angustiosa situación, y que, aunque resignados, sostienen su vocación de arquitecto, esos que, junto con sus hijos, dependen de la caridad de pa dres y abuelos, esos que siguen consiguiendo que algún familiar les pague la cuota colegial, esos…
Esos que cuando se apruebe esta ¿LSP?, ¿LSPC?, ¿LCSP? o lo que sea, cuando pierdan lo único que le s queda, la dignidad, y el último hálito de autoestima, no participarán del hermoso sentimiento de “nuestra unión”.
¿De verdad piensas, Jordi, que el otro día hicimos algo por los Arquitectos de España?, ¿De verdad pensáis, Asambleístas del Consejo Superior, que hicimos algo por nuestros compañeros?, ¿Hicimos algo por la Arquitectura?, ¿Hicimos algo por la sociedad?. Sabemos que no.
Y tú, Presidente de los Arquitectos de España, cuya notable influencia trajo para confort personal y autoconsumo, a dos Ilustres conferenciantes, que con sus argumentos y brillante exposición, quizás tranquilizasen tu conciencia… ¿Le has explicado al Presidente del G obierno y al Ministro de Economía, con pasión y dolor profundo, cómo vamos a llorar todos la muerte del arquitecto que llevamos dentro?
Por desgracia, la respuesta es NO.
Os digo lo que siento yo:
No quiero llorar la muerte de mi compañero del alma, del arquitecto que llevo dentro. No quiero perdonar. Quiero cambiar las cosas. Quiero salir a la calle. Quiero salir a la calle y gritar contra este atropello que es esta Ley.
Ignacio Brieva Beltrán